Este agosto se ha montado la de dios, el brutal atentado de
Barcelona ha provocado una reacción de solidaridad con las víctimas, y es que
pensar que cualquiera de nosotros pudimos estar aquella tarde en las Ramblas
pone los pelos de punta. El problema surge cuando los sectores más reaccionarios
del nacional catolicismo español ha encontrado al chivo expiatorio ideal en la
comunidad musulmana en general, migrantes y refugiados. Lo peor es cuando el
ciudadano nos dejamos llevar por la ira, nos dejamos conducir por otros
extremistas.
De todas formas hay una característica común en casi todas
las Iglesias de ayer y de hoy, la creencia absoluta en que su fe es única y
verdadera, al igual que sus divinidades son absolutas e incuestionables. Así
pues los sacerdotes e instituciones solo han tenido la posibilidad de extender
su fe por las buenas o por las malas. Todas ellas han justificado matanzas,
torturas y guerras santas contra los infieles. Y esto se ha repetido
constantemente en la historia de la humanidad.
Por eso yo me pregunto, ¿si han existido más de 3000
divinidades y religiones, como es que cada una de ellas se considera la única y
verdadera? No tienen respuesta, la fe es para ellos una verdad que no necesita
ser demostrada. Por eso algunos autoproclamados guías espirituales de
diferentes pueblos y religiones, han aprovechado siempre la ignorancia de las
gentes para a través del miedo a la muerte controlar mentes, vidas e incluso imperios.
Así algunos privilegiados han obtenido poder y riqueza en el nombre de Dios.
Lo curioso es que en este siglo de la información todavía
funciona, nos escandalizamos con los ataques del ISIS en Europa, la sharia y el
Califato como objetivo de estos fundamentalistas. Pero a mucha gente aquí en el
mundo civilizado, no se indignan con los discursos e ideas machistas, homofobas
y xenófobas que los obispos católicos escupen desde sus pulpitos con total
impunidad. Sin entrar a recordar ya las cruzadas, la Inquisición y las
aberraciones de la cristianización de América.
La ciega fe de algunas personas con la Iglesia católica y su
relación con el neofascismo franquista, no es que sea un grupo muy numeroso, al
igual que los yihadistas, pero aprovechan el miedo de los atentados para
introducir sus mensajes de odio. Mientras las pirañas de la industria
armamentística española no dudan en lucrarse de sus negocios con Arabia Saudí,
dinero manchado con la sangre de inocentes de aquí o de allá.
Al final yo llegó a la conclusión de que las religiones
durante la historia han traído grandes problemas para a la humanidad, no me
refiero a los dogmas más o menos fantásticos, sino mas bien a la gestión
interesada de regímenes muchas veces de escaso nivel moral. Tampoco soy de los
de prohibir religión alguna, pero opino que en lo privado cada una sea libre de
rezar al dios que sea. Pero mientras sigan opinando, influyendo y aterrorizando
al personal, dejarnos vivir en paz a infieles y ateos de mi calaña.
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